20 de enero de 2017

EL NOROESTE DE BUENOS AIRES SE PREPARA PARA EL AGUA QUE BAJARÁ DE SANTA FE
Alerta por desborde de ríos y arroyos
San Nicolás, Pergamino y Salto son las más complicadas actualmente. El Pergamino, normalmente con 20 centímetros de profundidad, llegó a los 4,50 metros. Peligra el inicio de clases en Santa Fe por los daños que el agua causó en las escuelas.
El municipio de Salto, al norte de la provincia, se declaró en “alerta roja” por el posible desborde del río.
Las ciudades bonaerenses de San Nicolás, Pergamino y Salto, afectadas por las inundaciones que provocó el reciente temporal de lluvia intensa, continuaban ayer en alerta ante el posible desborde de ríos y arroyos por el caudal de agua que baja de Santa Fe. El fin de semana pasado cayeron 110 milímetros de agua en la ciudad de Pergamino y el arroyo homónimo, que normalmente tiene unos 20 centímetros de profundidad, llegó a los 4,50 metros. 
El municipio de Salto, ubicado al norte de la provincia de Buenos Aires, fue declarado en “alerta roja” porque se esperaba hacia la noche el desborde del río homónimo a raíz de la llegada de una masa hídrica que podría trepar a los 8 metros, por los que el intendente Ricardo Alessandro y el ministro de Producción bonaerense, Joaquín De la Torre dieron detalles de un nuevo operativo centrado en el “alerta temprana”.
El jefe comunal, que destacó el trabajo en equipo “de todas las áreas” comentó que con esa tendencia, esperan que el río llegue a los 8 metros y que por eso continuaban en alerta, asistiendo para que los vecinos pudieran autoevacuarse.
En ese sentido, destacó el “alerta temprana” al referirse a las evacuaciones en seco, lo que también fue remarcado por De La Torre.
“Desde el gobierno de la Provincia trajimos mercadería y no nos vamos a ir hasta que los vecinos puedan volver a sus casas. Se va asistir y acompañar a los vecinos hasta que puedan regresar a sus casas”, dijo el ministro, que realizaba un recorrido por las zonas afectadas por las lluvias. 
Salto tiene, entre evacuados y autoevacuados, unas 350 personas alojadas en cuatro centros de de asistencia, pero las autoridades advirtieron que pueden abrir dos centros más si es que se agrava la situación.
Ante el alerta se reactivó el Plan de Operaciones de Emergencias, en donde trabajan en conjunto personal de Defensa Civil, Bomberos Voluntarios y áreas municipales que por la tarde retomarían las evacuaciones en seco.
El puente de acceso al municipio de General Arenales por la ruta 65 colapsó por el desborde del arroyo Piñeiro y desde hace dos días está inhabilitado al tránsito, informó esa comuna del norte bonaerense. 
El municipio indicó que “ha quedado restringido el tránsito pesado en las rutas Arenales-Arribeños y Arenales-Vedia” y recomendó “extremar precauciones en la circulación permitida y no acercarse a las zonas en conflicto sin necesidad”. 
En ese sentido, el bombero Javier Ponce explicó que “por el enorme caudal de agua se quebró el puente y está inhabilitado” y detalló que “hay dos bombas trabajando para descomprimir el agua y evitar que ingrese a las viviendas cercanas al arroyo”.
“El caudal sigue siendo importante y si bien por el momento no hay evacuados, estamos tratando de que no llegue a las calles del pueblo”, dijo el bombero y señaló que hay “un gran porcentaje” de hectáreas de campo afectadas por el agua.
Paralelamente, la localidad santafesina de Arroyo Seco y la bonaerense de La Emilia, donde un hombre murió y miles de personas debieron ser evacuadas, proseguían con el operativo de retorno a los hogares y afrontando las tareas de limpieza de las viviendas anegadas.
Las familias afectadas de La Emilia destacaron la solidaridad de los vecinos de ese distrito bonaerense y cuestionaron la “ausencia” del intendente nicoleño Ismael Passaglia en medio de la situación generada por las inundaciones que provocaron las lluvias torrenciales.
Los vecinos también criticaron que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal estuviera de vacaciones en México durante la crisis por las inundaciones, aunque destacaron la ayuda recibida del vicegobernador Daniel Salvador, que visitó esta semana las zonas afectadas. Desde el lunes pasado, militantes de La Cámpora desarrollan trabajos solidarios en todo el noroeste junto a legisladores provinciales. Al respecto, la senadora provincial nicoleña Cecilia Comerio remarcó que “la falta de presencia estatal es alarmante, ya que hay más de 7000 personas con sus casa bajo el agua y la única respuesta que llegó de inmediato fue la fuerza de seguridad reprimiendo a los vecinos”. “Todavía no sabemos qué quiso hacer la policía. Es una comunidad pacífica, un pueblo afectado por las inundaciones que necesita que haya un Estado presente”, insistió, en referencia a la represión en el barrio Virgen del Rosario.
En tanto, la ministra de Educación de Santa Fe, Claudia Balagué, informó que unas 99 escuelas santafesinas sufrieron daños por las inundaciones, por lo que advirtió que puede demorarse el inicio de las clases en la provincia, previsto para el 6 de marzo.
La funcionaria destacó que se está trabajando “contrarreloj” para que todos los establecimientos educativos inicien las clases en término, y afirmó que “si hay alguna escuela que no llegue para el inicio del ciclo lectivo, vamos a reubicar a esos estudiantes. Vamos a hacer lo posible para que todos arranquen en término, pero hay distintos grados de deterioro”, sostuvo. “El gobierno santafesino dispuso un aporte extraordinario para este mes de 35 millones de pesos para atender los colegios, que han sufrido distinto tipo de deterioro por las inundaciones”, destacó. “Esto es desde el ingreso de agua hasta problemas en los techos y deterioro de muebles. Incluso tenemos escuelas que fueron utilizadas como centro de evacuados”, precisó la funcionaria. Y detalló que “en algunas escuelas necesitan reemplazo inmobiliario porque ha ingresado agua, otras han tenido voladuras de techo, y en algunas no sabemos porque no hemos podido ingresar, porque los caminos rurales están anegados”.
Hoy se reunirá el Comité de la Cuenca del Salado para analizar la situación de los afectados por las inundaciones. Pablo Petrecca, intendente de Junín y titular del Comité explicó que “la idea es trazar un panorama de cómo están las aguas en la región, analizar qué medidas debemos adoptar entre los diferentes municipios ante las crecidas, ver qué tenemos que hacer, planificar, revisar los protocolos (ver si tenemos que cerrar compuertas o abrirlas) o ver si tenemos que acudir al de catástrofe establecido por defensa civil”.
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